Te explicamos cómo el cultivo vertical favorece la mejora del sistema agrícola actual, incidiendo positivamente en problemáticas alimentarias y medioambientales que necesitan de una rápida solución.
La industria mundial de producción de alimentos necesita desesperadamente una solución a la problemática de la superpoblación y la mala distribución de la sobreproducción. Los desafíos a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, incluidos los conflictos, las emergencias humanitarias, la pandemia del COVID-19 y la crisis climática, afectan en gran medida a los sistemas agroalimentarios empujando a entre 83 y 132 millones de personas a sufrir hambre crónico en 2020.
Según las metas presentes en la Agenda 2030 marcada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), indica que los avances a nivel mundial para poner fin a la pobreza, el hambre y responder al cambio climático siguen siendo insuficientes en el ámbito de la alimentación y la agricultura.
Al mismo tiempo, en algunos países, el porcentaje de alimentos que se pierden después de la cosecha en las explotaciones agrícolas y en las fases de transporte, almacenamiento y procesamiento asciende al 13,8% en todo el mundo, lo que supone más de 400.000 millones de dólares al año.
Una solución a dicha situación es la agricultura vertical, que cultiva en marcos concéntricos apilados verticalmente. Este método produce más cantidad de alimentos por metro cuadrado en zonas cercanas a grandes poblaciones, comparado con la agricultura convencional, lo que significa que la agricultura vertical ofrece una solución a muchos de nuestros problemas de distribución de alimentos. Asimismo, el cultivo puede controlarse de forma más exhaustiva sin depender de condiciones meteorológicas externas, reduciendo así exponencialmente las perdidas ocasionadas en la agricultura tradicional. En esta entrada del blog, exploraremos las ventajas de la agricultura vertical en comparación de la agricultura convencional y cómo puede dar forma al futuro de nuestra industria alimentaria.
Las ventajas de la agricultura vertical en el sistema agrícola
En la actualidad, la atención se está dirigiendo cada vez más a la agricultura vertical, especialmente con el eminente crecimiento de las poblaciones urbanas. A medida que la población crece, aumenta la necesidad de generar más espacios para el abastecimiento de alimentos. ¿Y si, en lugar de cultivar hacia afuera, pudiéramos cultivar hacia arriba? Esa es la idea que hay detrás de la agricultura vertical.
Esta forma de cultivo hace hincapié en el uso eficiente del espacio vertical, lo que permite un mayor rendimiento de los cultivos con un uso mínimo de recursos y un control más exhaustivo de la producción y de distribución al localizarse en lugares cercanos a grandes poblaciones.
También permite un uso eficiente del agua, ya que no se pierde innecesariamente por evaporación o escorrentía.
Además, en sistemas de agricultura vertical como es el de Groots, no se utilizan pesticidas ni otros insumos químicos, considerándose generalmente más respetuosas con el medio ambiente que gran parte de los cultivos tradicionales.
En general, las ventajas de la agricultura vertical hacen que esta forma de cultivo sea una opción cada vez más atractiva especialmente para el abastecimiento cercano a ciudades.
Diferencias principales entre la agricultura tradicional y la vertical
Una de las principales diferencias entre la agricultura vertical y la tradicional es la optimización del espacio. Tradicionalmente, los agricultores suelen utilizar grandes extensiones de terreno para cultivar. En comparación, la agricultura vertical utiliza el espacio de una forma más eficiente dado que para maximizar el rendimiento por metro cuadrado de alimento cultivado, recurre a tecnologías espaciales avanzadas como lo son la hidroponía y la aeroponía. De esta forma, se gana en eficiencia se aumenta la producción y se reducen significativamente los costes gracias al rendimiento de dichos cultivos.
Además, da lugar a un aumento considerable en la cosecha durante el año, sin depender de condiciones meteorológicas o plagas que solo se encuentran en el cultivo exterior. Por lo tanto, son cultivos menos arriesgados, si un cultivo falla sólo hace falta la espera de semanas en lugar de meses para obtener la siguiente cosecha. Asimismo, la calidad de ciertas plantas aumenta, por ejemplo, la albahaca concentra mayor cantidad de aceites esenciales en agricultura vertical, intensificando su sabor.
Los sistemas de agricultura vertical generan un impacto positivo en el medio ambiente ya que son diseñados con el objetivo de reducir los residuos y minimizar el desperdicio de la cosecha y de los recursos naturales como el agua, de la cual se consigue una reducción de su consumo de hasta el 95%. Esto puede ser difícil para los sistemas tradicionales que dependen del uso intensivo de recursos y en el que no se puede llevar a cabo un seguimiento tan exhaustivo de la producción de los cultivos desenvocando en una sobreproducción, muchas veces perdida. Además, como hemos comentado anteriormente, hay que tener en cuenta que es un tipo de cultivo que no requiere de pesticidas o fertilizantes químicos. Lo cual suma valor al cuidado medio ambiente y al cuidado de la sociedad con el abastecimiento de productos saludables.
La visión de Groots vas más allá, a parte de abastecer productos saludables a la sociedad, también contribuimos positivamente en la sociedad generando impacto social mediante el empleo y formación a personas en riesgo de exclusión social y desarrollando iniciativas educativas que estimulan el cambio.
¿En qué consiste la hidroponía y la aeroponía?
Comparados con el método tradicional de cultivo, la hidroponía y la aeroponía son dos métodos pertenecientes a la agricultura sostenible que ofrecen ventajas como la prevención de la degradación del suelo causado por la explotación agrícola o la no promoción del uso de pesticidas y fertilizantes químicos.
Ambos sistemas se caracterizan por no cultivar en suelo. Mientras que la hidroponía utiliza el agua como único medio para el cultivo de plantas, la aeroponía utiliza una combinación de agua y oxígeno. En Groots utilizamos la hidroponía, que mediante la aplicación de los mejores nutrientes en el agua, se consigue un crecimiento optimo de nuestras plantas.
En definitiva, la hidroponía y la aeroponía ofrecen alternativas sostenibles a los métodos tradicionales agrícolas que ayudan a reducir los costes y a mejorar la calidad de vida.
¿Qué plantas cultivar en una granja de agricultura vertical?
Considerar la automatización de las condiciones óptimas de una planta y la capacidad de la granja es decisivo a la hora de escoger qué plantas cultivar. Asimismo, es primordial evaluar el rendimiento del cultivo teniendo en cuenta el espacio que ocupa y el tiempo necesario para su recolección. Por ejemplo, mientras que la albahaca crece rápido, el romero y el orégano tienen un proceso más largo de geminación.
Dado que la agricultura vertical aún está en sus inicios, las granjas verticales están recurriendo a un cultivo de rápida recolección como el cilantro o la lechuga con el fin de obtener rendimientos a corto plazo.
En Groots cultivamos hierbas como los canónigos, verduras como la lechuga, el pak choi y el kale. También nos apasionan las plantas aromáticas y es por eso que cultivamos una gran variedad de ellas como el tomillo, la albahaca, el cilantro, el romero o el cebollino.
Con el fin de poder abastecer más variedades de plantas esperamos empezar a experimentar, en un tiempo no muy lejano, con el cultivo de bayas, fresas, tomates y otras hortalizas de hoja verde para poder ofrecer una mayor variedad de plantitas.
El futuro de cultivar hacia arriba
El futuro de la agricultura vertical tiene cada vez más conciencia ambiental y el compromiso social. Se espera que pueda ayudar a combatir la pobreza alimentaria y al mismo tiempo combatir problemáticas como el cambio climático.
También se espera una ganancia en la importancia económica. En poco tiempo se está convirtiendo en una parte importante de la industria agrícola, ya que ayuda a afrontar retos como la mala distribución de la sobreproducción de alimentos, la reducción del impacto medioambiental y la reducción de los costes de producción. Es un sistema en el que se puede obtener un rendimiento alto en poco tiempo sin necesidad de un uso exhaustivo de los recursos. Contribuyendo así a desarrollar una economía más verde y al mismo tiempo rentable.
Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, la industria alimentaria está avanzando en sus esfuerzos por minimizar el impacto en el mundo natural y garantizar que se abarquen problemas como el desperdicio de alimentos que supone la sobreproducción.
Por lo tanto, el futuro de la agricultura vertical es bastante prometedor y se espera que se desarrollen más prácticas y tecnologías innovadoras en este campo.
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